Cómo criar a un niño emocionalmente inteligente

Cómo enseñar a los niños a reconocer y expresar sus emociones de manera saludable.

Como padre, usted tiene la responsabilidad de alentar a su hijo a desarrollar su inteligencia. Esto significa, por supuesto, inteligencia académica, pero ese no es el único tipo de inteligencia que importa.

La inteligencia emocional se define como la capacidad de una persona para expresar y gestionar los sentimientos de forma apropiada, respetando los sentimientos de los demás. Es un conjunto de habilidades que los niños pueden comenzar a aprender a cualquier edad.

Beneficios de la inteligencia emocional

En las últimas décadas, los estudios han encontrado que la inteligencia emocional proporciona una variedad de beneficios que le servirán a su hijo durante toda su vida. Estas son solo algunas de las formas en que la inteligencia emocional es una ventaja:

Los beneficios de la inteligencia emocional tienen sentido. Un niño que puede calmarse cuando se siente enojado es probable que le vaya bien en circunstancias difíciles. Y un niño que puede expresar sus emociones de una manera saludable es probable que mantenga relaciones más sanas que un niño que grita o dice cosas malas cuando está enojado.

La buena noticia es que todos los niños tienen la capacidad de aprender habilidades de inteligencia emocional. Solo necesitan que los adultos les enseñen cómo hacerlo.

1. Etiquete las emociones de su hijo

Los niños necesitan saber cómo reconocer cómo se sienten. Puede ayudar a su hijo poniendo un nombre a sus emociones, al menos la emoción que sospecha que su hijo está sintiendo.

Cuando su hijo está molesto, perdió un juego, puede decir: "Parece que en este momento estás realmente enojado". ¿Es eso correcto? "Si se ve triste, podría decir:" ¿Te sientes decepcionado de que no vayamos a visitar a la abuela y al abuelo hoy? "

Palabras emocionales como "enojado", "molesto", "tímido" y "doloroso" pueden construir un vocabulario para expresar sentimientos. No se olvide de compartir las palabras de emociones positivas, como "alegría", "emocionado", "emocionado" y "esperanzado".

2. Mostrar empatía

Cuando su hijo está molesto, especialmente cuando sus emociones parecen un poco dramáticas, puede ser tentador minimizar la sensación que tiene. Pero los comentarios desdeñosos le enseñarán a su hijo que la manera en que se siente está mal.

Un mejor enfoque es validar sus sentimientos y mostrar empatía, incluso si no comprende por qué está tan molesta. Si su hijo está llorando porque le dijo que no puede ir al parque hasta que limpie su habitación, diga algo como: "Me siento molesto cuando no consigo hacer lo que quiero también".

A veces es difícil seguir trabajando cuando no quiero ".

Cuando su hijo vea que usted comprende cómo se siente por dentro, se sentirá menos obligada a mostrarle cómo se siente a través de su comportamiento. Entonces, en lugar de gritar y llorar para mostrarte que está enojada, se sentirá mejor cuando hayas dejado en claro que ya entiendes que está molesta.

3. Modele maneras apropiadas de expresar sentimientos

Los niños necesitan saber cómo expresar sus emociones de una manera socialmente apropiada. Entonces, al decir: "Me duelen los sentimientos", o dibujar una imagen de una cara triste podría ser útil, gritar y arrojar cosas no están bien.

La mejor manera de enseñarle a su hijo cómo expresar sentimientos es modelando estas habilidades usted mismo. Use palabras con sentimientos en su conversación diaria y practique hablar de ellas. Diga cosas como "me siento enojado cuando veo que los niños son malos en el patio de recreo" o "me siento feliz cuando tenemos a nuestros amigos que vienen a cenar".

Los estudios muestran que los padres emocionalmente inteligentes son más propensos a tener hijos emocionalmente inteligentes. Así que conviértase en un hábito enfocarse claramente en desarrollar sus habilidades para que pueda ser un modelo eficaz para su hijo.

4. Enseñar habilidades saludables para afrontar

Una vez que los niños comprenden sus emociones, deben aprender a manejar esas emociones de manera saludable. Saber cómo calmarse, animarse a sí mismos o enfrentar sus miedos puede ser complicado para los más pequeños.

Enseñar habilidades específicas. Por ejemplo, su hijo puede beneficiarse al aprender a respirar profundamente cuando está enojado para calmar su cuerpo. Una forma amigable para los niños de enseñarle esto es diciéndole que tome "respiraciones de burbujas" donde respira por la nariz y sale por la boca como si soplara una varita mágica.

También podría ayudar a su hijo a crear un kit que la ayude a regular sus sentimientos. Un libro para colorear, un libro de chistes favorito, música relajante y lociones que huelen bien son algunos de los elementos que pueden ayudar a captar sus sentidos y calmar sus emociones. Coloque los artículos en una caja especial que ella decora. Luego, cuando esté molesta, recuérdele que busque su kit de relajación y practique el uso de sus herramientas para controlar sus emociones.

5. Desarrollar habilidades para resolver problemas

Parte de la construcción de la inteligencia emocional implica aprender a resolver problemas. Una vez que los sentimientos han sido etiquetados y tratados, es hora de trabajar para solucionar el problema.

Tal vez su hijo está enojado porque su hermana lo sigue interrumpiendo mientras juega un videojuego. Ayúdelo a identificar al menos cinco formas en que podría resolver este problema. Las soluciones no tienen que ser buenas ideas. Inicialmente, el objetivo es hacer una lluvia de ideas.

Una vez que haya identificado al menos cinco soluciones posibles, ayúdelo a evaluar los pros y los contras de cada uno. Luego, anímalo a elegir la mejor opción.

Cuando su hijo cometa errores, estudie lo que se podría haber hecho de manera diferente y lo que su hijo puede hacer para resolver cualquier problema persistente. Intenta actuar como entrenador, en lugar de ser el verdadero solucionador de problemas. Brinde orientación cuando sea necesario pero trabaje para ayudar a su hijo a ver que tiene la capacidad de resolver los problemas de manera pacífica y efectiva por su cuenta.

6. Hacer de la inteligencia emocional un objetivo continuo

No importa cuán emocionalmente inteligente parezca su hijo, siempre hay margen de mejora. Y es probable que haya algunos altibajos durante la infancia y la adolescencia. A medida que crezca, es probable que enfrente obstáculos que pondrán a prueba sus habilidades. Por lo tanto, conviértase en un objetivo incorporar el desarrollo de habilidades a su vida cotidiana. Cuando su hijo es pequeño, hable sobre sus sentimientos todos los días.

Habla sobre las emociones que los personajes de los libros o las películas pueden estar sintiendo. Discuta mejores formas en que podrían haberse resuelto los problemas o estrategias que los personajes podrían usar para tratar a los demás con respeto. A medida que su hijo crezca, hable de situaciones de la vida real, ya sea que se trate de cosas que encuentra en su vida cotidiana o de un problema que está leyendo en las noticias. Haz que sea una conversación continua.

Use los errores de su hijo como oportunidades para crecer mejor. Cuando actúa porque está enojado o lastima los sentimientos de alguien, tómese un tiempo para hablar sobre cómo puede hacerlo mejor en el futuro. Con su continuo apoyo y orientación, su hijo puede desarrollar la inteligencia emocional y la fortaleza mental que necesitará para tener éxito en la vida.

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