8 formas de gestionar la lucha y la rivalidad entre hermanos

Si tiene más de un hijo, las posibilidades son buenas o excelentes de que haya tenido que arbitrar la lucha entre hermanos y la rivalidad . El hecho es que incluso las mejores relaciones entre hermanos pueden tener sus momentos de conflicto y fricción.

Pero con un poco de perspicacia y paciencia, se puede lograr una armonía mucho más pacífica entre el hogar y los hermanos. Cuando se establece temprano un buen vínculo entre hermanos , y se enseña a los niños cómo manejar el conflicto con su hermano o hermana, la lucha y la rivalidad se pueden minimizar en gran medida.

Una vez que los niños aprenden a resolver sus diferencias, este vínculo familiar muy importante puede florecer y crecer.

Causas comunes del conflicto entre hermanos

Primero, trate de entender por qué pueden ocurrir peleas entre hermanos . Cada escaramuza puede desencadenarse por algo diferente, por ejemplo, una pelea sobre quién es el turno para barrer el piso o quién decide qué programa de televisión o película ver, pero la causa raíz puede ser un problema mayor.

En algunos casos, el problema puede ser un choque de personalidades. En otros, puede ser un sentimiento de rivalidad no resuelto. Por ejemplo, un niño puede sentir que mamá o papá está a favor de su hermano. Otro niño puede sentirse resentido porque cree que no puede hacer tanto porque es más joven. O a un hermano simplemente le gusta que las cosas estén más tranquilas y tranquilas, mientras que a otro le gusta la acción y la aventura.

Cómo manejar la lucha entre hermanos

Cualquiera sea la causa, es importante que los padres hagan lo que puedan para fomentar una buena relación entre hermanos y asegurarse de que ningún conflicto dañe su relación.

Esto es lo que los padres pueden hacer para ayudar:

  1. Primero, enseñe a los niños a manejar el conflicto de una manera positiva. A los niños a los que se les enseña a manejar los desacuerdos de una manera constructiva, por ejemplo, escuchando el punto de vista de su hermano o no participando en insultos, estarán en una mejor disposición mental para resolver disputas y pasar de la lucha. Otra ventaja: los niños que crecen aprendiendo cómo prevenir y resolver conflictos con sus hermanos serán mejores negociando y resolviendo compromisos en futuras relaciones, tanto en el trabajo como en el hogar. Aprender cómo manejar las disputas con sus hermanos y hermanas ayudará a los niños a convertirse en adultos que sean expertos en resolver las diferencias y que sean mejores en la gestión de las relaciones con los demás.
  1. Elogie la armonía entre hermanos como algo importante para toda la familia. Explique a sus hijos que su familia es como un equipo. Y, como cualquier buen equipo, todos, mamá, papá y los niños, necesitan trabajar juntos para tener un hogar pacífico y afectuoso. Cualquier pelea entre los miembros de la familia puede dañar a todo el equipo o la familia.
  2. Ingrese. Algunos padres pueden creer erróneamente que es mejor dejar que los niños manejen el conflicto por su cuenta. Eso puede ser cierto hasta cierto punto, siempre y cuando los niños tengan las herramientas para manejar los desacuerdos de una manera constructiva, positiva y pacífica. Pero si la discusión se calienta o hay una agresión verbal o física, intervenga inmediatamente. Si no está allí para ver la discusión, siéntese con ellos y hable sobre lo sucedido, y deje en claro que la agresión de cualquier tipo no es aceptable en su hogar.
  3. Escucha a cada lado Habrá dos lados en cada historia en una pelea de hermanos. Deje que cada niño sienta que lo están escuchando, sin juicio o interrupción. A menudo, los niños se sienten mucho mejor después de expresarle a mamá o papá un problema, especialmente cuando sienten que pueden expresar su posición y se escuchará de manera justa.
  4. Haga del respeto una regla no negociable. Esto significa que no hay insultos y que no hay golpes ni otras agresiones físicas. Además, anime a sus hijos a escuchar realmente el lado opuesto de los demás y bríndeles el respeto que desearían para ellos mismos.
  1. Anime a los niños a ser específicos y declarar el problema. Dígale a su hijo que se concentre en lo que le molesta más que en su hermano. Por ejemplo, si a su hijo le molesta que a su hermano le guste elegir siempre el juego que jugará, debe plantear el problema en lugar de decir algo como "¡No estás siendo justo!" Al ser específico sobre el problema (tener Igualdad en la elección de los juegos) en lugar de centrarse en el comportamiento de un hermano, la discusión puede ser más sobre el problema y la solución, en lugar de su caracterización entre sí.
  2. Pídales a los niños que sugieran algunas soluciones. Haga que sus hijos presenten algunos escenarios o resoluciones que serán justos para ambas partes. Anímalos a ponerse en el zapato de la otra persona antes de hacer sugerencias.
  1. Modelar un buen comportamiento de resolución de problemas. Los niños miran y aprenden de los padres, y toman nuestras señales sobre cómo resolver el conflicto de cómo manejamos los problemas con nuestro cónyuge, amigos y familia. Si somos respetuosos y afectuosos, y escuchamos nuestros sentimientos y pensamientos durante un desacuerdo, nuestros hijos aprenderán y adoptarán esas habilidades de resolución de conflictos.