Gritarle a los niños puede ser tan dañino como azotar

Ha habido mucha discusión sobre los peligros de azotar a los niños en los últimos años, pero ha habido pocas advertencias sobre los peligros de gritar. La última investigación, sin embargo, revela que gritar a los niños puede ser tan dañino como azotar .

Investigación sobre Gritar

Un estudio publicado en Child Development informa que los gritos y la disciplina verbal dura tienen graves consecuencias para los niños.

Los investigadores encontraron que gritar aumenta los problemas de conducta y los síntomas depresivos en los adolescentes.

Cuando los padres gritan, a menudo lo hacen porque han perdido los estribos. Como resultado, es más probable que hagan comentarios insultantes o que llamen a los nombres de sus hijos. Esto puede afectar seriamente la autoimagen de un niño. El estudio de dos años concluyó que los efectos de la frecuente disciplina verbal dura eran comparables a los efectos negativos del castigo corporal.

A medida que los niños alcanzan los años de la adolescencia, una edad en la que comienzan a desarrollar una identidad separada de sus padres, pueden ser particularmente vulnerables a la disciplina severa. El estudio encontró que los niños en este grupo de edad que fueron sometidos a una disciplina verbal dura fueron más propensos a exhibir un comportamiento agresivo y violento.

A pesar de las consecuencias de gritar, casi todos los padres gritan a veces. Un estudio publicado en 2003 en el Journal of Marriage and Family encontró que el 90% de los padres dijeron que habían gritado, gritado o gritado a sus hijos el año anterior.

De las familias con niños mayores de 7 años, casi el 100 por ciento de los participantes reconocieron haber gritado a sus hijos.

Por qué gritar no funciona

Los gritos no solo son dañinos para los niños, sino que tampoco son una estrategia efectiva de disciplina. Estas son algunas de las razones por las que es posible que desee pensar dos veces antes de elevar su voz:

La mayoría de los padres no quieren gritarles a sus hijos, sin embargo, lo hacen por frustración. Cuando los niños no escuchan o cuando están infringiendo las reglas, necesita un plan sobre cómo va a disciplinar sin gritar .