Mientras que algunos bravucones se hacen evidentes a una edad temprana, otros no aparecen hasta la adolescencia. Y a veces, incluso los niños buenos se convierten en matones. Estas son algunas de las características más comunes y los factores de riesgo detrás de los agresores adolescentes.
Características comunes de los matones adolescentes
Mientras que un agresor adolescente puede atacar principalmente a las personas en línea, otros pueden intimidar a sus compañeros en la escuela.
A pesar de cualquier método que utilicen para atormentar sus objetivos, la mayoría de los agresores adolescentes comparten estas características y rasgos:
- Impulsivo
- Problemas de manejo de la ira
- Trata de controlar a otras personas, en lugar de inspirar a otros a seguir
- Fácilmente frustrado y molesto
- Carece de empatía, no simpatiza con las necesidades o deseos de nadie, sino con los suyos
- Culpa a una víctima por su propio comportamiento al decir cosas como: "Si ese geek no se viera tan estúpido, no tendría que golpearlo".
- Dificultad para seguir las reglas y poco respeto por la autoridad
- Vea la violencia de una manera positiva, como una forma de entretenimiento o una buena manera de satisfacer las necesidades
- Los niños que abusan tienden a ser físicamente más fuertes que otros niños
- Las niñas que intimidan tienden a ser percibidas como populares
Factores de riesgo familiar para la intimidación
No hay una sola causa de intimidación entre los niños. Una serie de factores diferentes puede poner a un niño en riesgo de intimidar a sus compañeros.
Sin embargo, se ha descubierto que los niños que intimidan tienen más probabilidades que sus compañeros que no son intimidadores de venir de hogares con ciertas características.
Estos son algunos de los factores de riesgo familiar comunes para la intimidación:
- Una falta de calidez y participación por parte de los padres . Esto puede deberse a un entorno monoparental donde el padre no está en casa o está demasiado cansado o apático cuando está en casa.
- Paternidad excesivamente permisiva (incluida la falta de límites para el comportamiento de los niños) . Cuando a los niños se les dan pocas reglas y poca orientación, pueden tratar de controlar a sus compañeros. Los padres permisivos no establecen límites y a menudo hacen que los niños se sientan autorizados.
- Una falta de supervisión por parte de los padres . Sin la supervisión adecuada, los adolescentes pueden valerse por sí mismos. Pueden descubrir que ser mezquino, mandón y exigente satisface sus necesidades de forma temporal. Pero dado que los agresores luchan por establecer relaciones sanas, su comportamiento fracasa a largo plazo.
- Duras, disciplina física . No son solo los padres permisivos los que fomentan la intimidación. Los padres que usan el castigo corporal, o aquellos que inculcan consecuencias que rayan en el abuso, pueden criar niños para intimidar a otros.
- Caos y conflicto . Los niños que son testigos de la intimidación en el hogar o aquellos que son acosados por sus hermanos son más propensos a intimidar a los demás. El caos constante en el hogar, como los movimientos frecuentes, también pueden contribuir a la intimidación.
Intimidación y otras conductas violentas y / o antisociales
La intimidación puede provenir de problemas psicológicos subyacentes. Los problemas de salud mental , como la ansiedad o el trastorno del comportamiento, como el trastorno oposicional desafiante , pueden contribuir a la intimidación. Otros adolescentes comienzan a intimidar después de que han sido abusados o han experimentado un evento traumático.
Si bien hay mucha discusión sobre lo que les sucede a los jóvenes que son víctimas de la intimidación, hay menos discusión sobre las consecuencias que los agresores reciben. Si bien muchos de ellos experimentan consecuencias individuales, la sociedad en su conjunto puede pagar un alto precio por los niños que intimidan.
Los niños que acosan frecuentemente a sus compañeros son más propensos que otros a:
- Entre en peleas frecuentes
- Ser herido en una pelea
- Vandalizar o robar propiedad
- Beber alcohol
- Fumar
- Estar ausente de la escuela
- Expulsado del colegio
- Llevar un arma
Si su hijo es un acosador, es importante abordar los problemas de frente. Proporcione una mayor supervisión, establezca límites claros y haga cumplir las consecuencias.
Si la intimidación persiste, considere obtener ayuda profesional. Un profesional de la salud mental puede descartar un problema subyacente de salud mental y puede enseñarle nuevas habilidades que lo ayudarán a satisfacer sus necesidades sin intimidar a otros niños.
> Fuentes
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