Estrategias de crianza para mejorar el comportamiento de su hijo

Todos los niños se encontrarán con episodios de mal comportamiento . Algunos con más frecuencia y severidad, y otros menos. Intente cortar estos problemas de comportamiento de raíz antes de que se conviertan en un problema. El uso de estas tres estrategias comprobadas de crianza mejorará el comportamiento de su hijo y reducirá la frecuencia y gravedad de cualquier problema de conducta.

1. Relación

Una relación amorosa y estable entre padres e hijos es la base para el desarrollo social saludable de un niño.

Dígale a su hijo que los ama y demuestre su amor al tomarse el tiempo para escuchar, jugar y enseñar. La relación padre-hijo se basa en las palabras que dices y el tono de tu voz. Se fortalece con la risa que compartes y los juegos que juegas juntos. Está unido por los valores y las habilidades que le transmites a tu hijo todos los días.

2. Planificación

La planificación es el secreto de una buena crianza. Mire sus expectativas para que pueda planificar un buen comportamiento, en lugar de temer lo malo. La mayoría de los problemas de comportamiento ocurren durante tiempos de transición y ajuste. Dado que la infancia es, por naturaleza, un proceso continuo de transición y adaptación al desarrollo rápido, es fácil ver por qué el mal comportamiento es una reacción tan natural a los desafíos que un niño aún no tiene las habilidades para superar.

La planificación implica conocer a su hijo, su temperamento y habilidades, y conocer los desafíos de su entorno.

Use instrucción directa, orientación y oportunidades de práctica para enseñar las habilidades que su hijo necesitará para enfrentar los nuevos desafíos en el camino de la infancia.

3. Respuesta

La atención y la respuesta son las herramientas clave para mejorar el comportamiento de su hijo. La comprensión de los principios de modificación del comportamiento lo ayudará a planificar sus respuestas para mejorar el comportamiento.

Todo se reduce a acciones y consecuencias. Cuando las acciones de un niño obtienen un refuerzo positivo, se repetirá con el tiempo. Cuando una acción provoca un castigo, eventualmente se extinguirá.

Los niños aprenden a establecer la conexión entre una acción y su consecuencia cuando el refuerzo o el castigo es inmediato y lógicamente relacionado con la acción. Los padres no siempre tienen que dar la consecuencia. De hecho, la mayoría de las consecuencias ocurren naturalmente. Los padres pueden ayudar a hacer la conexión hablando con el niño sobre lo que hicieron y por qué conduce a una cierta consecuencia.

Pero, como padres, nuestras respuestas a las acciones de nuestros hijos son consecuencias poderosas, ya sea recompensar o castigar. De cualquier manera, da forma al comportamiento del niño. En el contexto de una relación positiva entre padres e hijos, su aprobación o desaprobación suele ser una respuesta suficiente para reforzar o castigar un comportamiento. Cuando se necesitan recompensas o castigos más intensos, los padres deben elegir aquellos que funcionan para su familia.

La clave es atender la actitud, el estado de ánimo y el comportamiento de su hijo; y luego para responder tanto al comportamiento bueno como al malo rápidamente. Aprenda a reconocer cuándo se refuerza el mal comportamiento o cuándo se está extinguiendo el buen comportamiento, y ajuste las consecuencias para darle la vuelta.

Esto requiere que estemos atentos a nuestro hijo y hagamos la respuesta correcta.