Los trastornos de conducta son más que tan solo rabietas ocasionales o comportamiento desafiante . Los trastornos genuinos de la conducta infantil son mucho más graves. Un niño con un trastorno de conducta diagnosticable experimenta problemas de comportamiento que son lo suficientemente graves como para interferir con el rendimiento escolar o las relaciones con amigos y familiares.
Los trastornos de conducta pueden empeorar con el tiempo sin tratamiento, por lo que es importante que un profesional de la salud mental calificado evalúe a un niño si sospecha de un trastorno de la conducta.
Existen varios tipos diferentes de trastornos de conducta que se encuentran en niños y adolescentes, y en ocasiones los niños tienen más de uno.
Desorden hiperactivo y deficit de atencion
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es uno de los trastornos infantiles más comunes. Hay tres tipos principales de TDAH; predominantemente hiperactivo-impulsivo, predominantemente inatento, y combinado hiperactivo-impulsivo e inatento.
Los síntomas comunes del TDAH incluyen:
Dificultad para enfocar
Problemas al procesar información de forma rápida y precisa
Desorganización
Dificultad para seguir las instrucciones
Hablando incesantemente
Incapacidad para sentarse quieto
Problemas para participar en actividades tranquilas
Impaciencia
Revelando respuestas o diciendo comentarios inapropiados
Hacer cosas sin considerar las consecuencias
Aunque los medicamentos pueden ser útiles para reducir los síntomas en algunos niños, las intervenciones de crianza también pueden ser útiles para reducir muchos de los problemas de conducta asociados con la hiperactividad y la impulsividad.
A veces, los niños con TDAH también tienen un trastorno oposicional desafiante.
Trastorno de oposición desafiante
El trastorno desafiante oposicionista se caracteriza por el desafío persistente y la desobediencia hacia las figuras de autoridad. Los síntomas pueden incluir:
Discusión frecuente con adultos
Deliberadamente molestando a otras personas
Negarse a seguir las reglas
Culpar a otros por los errores
Convertirse fácilmente enojado
Comportarse de una manera vengativa
Los niños con TND muestran síntomas en casa, en la escuela y en otros entornos. Su comportamiento generalmente lleva a la necesidad de una acción disciplinaria frecuente y tienden a luchar para llevarse bien con sus compañeros. Sin intervención, ODD puede convertirse en un trastorno de conducta.
Desorden de conducta
El trastorno de conducta implica un patrón repetitivo de violación de los derechos de otras personas o violación persistente o reglas sociales apropiadas para la edad. El trastorno de conducta a menudo incluye:
Agresión física hacia personas o animales
Uso de un arma, como un bate, cuchillo o arma
Robando
Obligar a alguien a la actividad sexual
Configuración deliberada del fuego
Destrucción de propiedad y vandalismo
Mintiendo para obtener bienes o para evitar obligaciones
Huir de casa
Absentismo escolar
Salir tarde en la noche a pesar de las reglas de toque de queda
Los niños con desorden de conducta frecuentemente son suspendidos de la escuela. Pueden requerir intervención policial y, a veces, abusan de drogas o alcohol. Los adolescentes con trastorno de conducta pueden requerir intervenciones intensivas, como apoyo en el hogar o incluso colocación residencial.
Tratamiento para Trastornos del Comportamiento
Los trastornos de conducta generalmente se tratan mejor con un equipo completo de profesionales.
Los psiquiatras infantiles pueden ser útiles si los medicamentos son necesarios. Los terapeutas pueden ayudar a los niños a aprender nuevas habilidades para manejar sus emociones y comportamiento, así como para proporcionar capacitación a los padres.
Servicios de educación especial pueden ser necesarios. Los niños con trastornos de conducta y trastornos emocionales pueden requerir un gran apoyo adicional en la escuela, incluidos los salones de clases especializados. A veces los psicólogos pueden realizar pruebas para descartar problemas de aprendizaje u otros problemas subyacentes de salud mental que pueden estar contribuyendo a los problemas de conducta.
Los trastornos de conducta pueden ser el resultado de una variedad de factores genéticos y ambientales.
Si sospecha que su hijo puede tener un trastorno de la conducta, es importante hablar con el pediatra de su hijo. El pediatra puede proporcionar una evaluación y derivar a su hijo a más pruebas o tratamiento.