Cómo responder a un maestro que intimida

Aprenda cómo abordar la intimidación cuando involucra al maestro de su hijo

La mayoría de los maestros que su hijo encontrará son buenos en lo que hacen. De hecho, muchos maestros van más allá de lo esperado. Pero, hay maestros que no manejan sus responsabilidades; e incluso algunos profesores que intimidan a sus alumnos. En lugar de utilizar procedimientos de disciplina adecuados o técnicas efectivas de gestión del aula, utilizan su poder para condenar, manipular o ridiculizar a los estudiantes.

Cuando el acoso es físico, la mayoría de los padres no dudan en informar incidentes. Pero, cuando el acoso escolar es emocional o verbal, los padres no están seguros de qué hacer. Temen empeorar las cosas para su hijo. Si bien esta preocupación es válida, nunca es una buena idea ignorar la intimidación. Aquí hay diez ideas para abordar el problema.

Documente todos los incidentes de intimidación.

Registre todo lo que sucede incluyendo fechas, horas, testigos, acciones y consecuencias. Por ejemplo, si el maestro regaña a su hijo frente a la clase, asegúrese de anotar la fecha, la hora, lo que se dijo y los estudiantes que estuvieron presentes. Si otros estudiantes participan en el acoso escolar como resultado de las acciones del docente, asegúrese de incluir esa información también. Y si hay intimidación física , acoso cibernético u hostigamiento por raza o discapacidad, informe inmediatamente a la policía local. Dependiendo del área donde vives, estos tipos de acoso a menudo son delitos.

Tranquilice y apoye a su hijo.

Hable con su hijo sobre la escuela y lo que está sucediendo. Recuerde, su primera prioridad es ayudar a su hijo. No dude en contactarse con un consejero. Además, haga que un pediatra evalúe a su hijo para detectar signos de depresión, problemas de ansiedad y problemas para dormir.

Esté atento a los signos de intimidación y recuerde que los niños a menudo no informan comportamiento intimidatorio .

Desarrolle la autoestima de su hijo.

Ayude a su hijo a ver sus puntos fuertes. Anímalo a enfocarse en otras cosas que no sean el acoso como actividades favoritas o nuevos pasatiempos. No pases demasiado tiempo hablando del acoso. Al hacerlo, mantiene a su hijo enfocado en lo negativo de su vida. En su lugar, ayúdelo a ver que hay otras cosas en la vida de las que alegrarse. Esto ayudará a construir resiliencia .

Hable primero con su hijo antes de intentar resolver el problema.

Nunca es una buena idea tener una reunión con un maestro o director sin decirle a su hijo. Puede avergonzar a su hijo si se entera de la situación después del hecho. Además, su hijo debe estar preparado emocionalmente si la reunión no sale bien y el maestro toma represalias.

Sigue la cadena de mando.

Recuerde, cuanto más cerca esté alguien del problema, más probable será que pueda tomar medidas rápidas y efectivas. Si va directamente a la cima, lo más probable es que le pregunten con quién ha hablado sobre la situación y qué ha hecho para remediar la situación. Primero debe asegurarse de haber agotado todas las posibilidades para resolver este problema en los niveles inferiores.

Además, si tiene documentación de sus interacciones, será difícil ignorar lo que tiene que decir cuando llegue a la cima.

Considere solicitar una reunión con el maestro.

Dependiendo de la gravedad y la frecuencia de la intimidación , es posible que desee ir directamente a la maestra. Muchas veces, una reunión de docentes resolverá el problema si se toma un enfoque cooperativo cuando se habla de la situación. Trate de mantener la mente abierta y escuchar la perspectiva del maestro. Evite gritar, acusar, culpar y amenazar con demandar.

Exprese sus preocupaciones pero permita que otros participen en la conversación.

Por ejemplo, si su hijo parece tener miedo en clase, mencione este hecho.

Luego pregúntele a la maestra qué cree que puede estar pasando. Este paso le permite al maestro hablar sobre lo que ve. Además, es menos probable que se ponga a la defensiva si está abierto a escuchar su punto de vista.

Aumente su queja si la situación no mejora o si el acoso escolar es severo.

Algunas veces los maestros racionalizarán su comportamiento, culparán al alumno o se negarán a admitir cualquier maldad. Otras veces el acoso escolar es demasiado severo para arriesgarse a hablar directamente con un maestro. Si este es el caso, solicite reunirse con el director en persona. Comparta su documentación y discuta sus preocupaciones. También puede solicitar una transferencia de aula en este punto. No todos los directores respetarán tales solicitudes, pero algunos sí lo hacen.

Continúa ascendiendo por la cadena de mando si no obtienes resultados.

Desafortunadamente, algunos directores dejarán que los maestros que intimidan no se impugnen o nieguen que se está produciendo el acoso escolar. Si este es el caso, es hora de presentar una queja formal ante el superintendente o la junta escolar. Mantenga un buen registro de todas sus comunicaciones, incluidos los correos electrónicos, las cartas y la documentación de las llamadas telefónicas.

No permita que la intimidación continúe indefinidamente.

Si el director, el superintendente o la junta escolar se muestran reacios a responderle, considere la posibilidad de obtener asesoría legal. Mientras tanto, investigue otras opciones para su hijo como una transferencia a otra escuela, escuela privada, educación en el hogar y programas en línea. Dejar a su hijo en una situación de intimidación puede tener consecuencias nefastas. Asegúrese de hacer todos los esfuerzos posibles para terminar con la intimidación o alejar a su hijo de la situación. Nunca asuma que la intimidación terminará sin intervención.